Yo la amo.

Y te das cuenta de que la vida no es como pensabas, como uno esperaba. Es distinta, especial, buena, no tan buena, alucinante, pero sobre todo inesperada... Muchas veces decimos que la vida no puede irnos peor, pero seamos realistas: hay gente muchísimo peor, viviendo de una forma que nadie es capaz de imaginarse. Y sí, también hay personas que aman la vida, porque la vida es maravillosa, un regalo. Un regalo sin ticket, que depende de las agujas de un reloj que hacen "tictac", que no nos damos cuenta de que están constantemente funcionando y no somos conscientes de que no volveremos a vivir lo vivido. De que no habrá más oportunidades para hacer las cosas, no bien, pero sí divertidas y diferentes. Porque vida solo hay una y nadie, absolutamente nadie, sabe aprovecharla. Y seguro que ahora estás pensando: yo sí que la aprovecho, sé vivir la vida. Pero no, estás completamente equivocado, no estás en lo cierto. No hay persona en el mundo que aproveche todos y cada uno de los segundos de su vida. Momentos irreemplazables, por supuesto, pero no lo son siempre. Hay momentos y momentos. Momentos buenos y no tan buenos, aburridos y divertidos, inolvidables o momentos que desearías que no hubieran sucedido, que no hubieran ocurrido nunca. Pero ahí se quedan, no se pueden borrar. No hay una goma lo suficientemente grande como para borrar algo tan grande como la vida, y por eso tenemos que parar y pensar: vida solo hay una. Una muy valiosa a la que no le estoy sacando todo el jugo posible. O a veces simplemente no hay que pensar, sino actuar directamente y cargar con las consecuencias si sale algo mal. Porque esto es un tren, un tren en el que estamos todas las personas de este mundo del que nadie tiene billete de vuelta. Que pasa de largo y si no lo coges a tiempo no volverás a verlo jamás porque no se detiene en ninguna parada a esperar que decidas lo que vas a hacer: si cogerlo y vivir la vida a tope, o estancarte en ese lugar para no seguir. Porque en ella hay cosas que no hay en cualquier sitio: familia, amigos, amor... Cosas que quisieras cambiar o cosas que quieres que permanezcan ahí por siempre. Así que ama tu vida como se merece sea como sea porque son tres días y dos los empleamos en estudiar para ser alguien.
 














Y lo más importante, ámate a ti mismo.